martes, 9 de diciembre de 2008

El poder de la mente

Reza un viejo proverbio "Ver para creer", pero ¿qué ocurre con las cosas que sólo ve la imaginación, las que sólo se ven con los ojos de la mente? ¿Puede la fe convertir tales visiones en realidad?
Confiando en que así sea, numerosas personas recurren a un método conocido como visualización o recreación con la intención de utilizar los poderes de la mente para controlar el cuerpo o ayudarle. Los atletas se imaginan a sí mismos actuando en plena forma, y siguen recreando sus visiones hasta que las hacen realidad. En un nivel más metafórico, los pacientes de cáncer imaginan la quimioterapia como un elixir mágico que fluye a través de su cuerpo y se lleva las células malignas. Incluso hay quienes utilizan la visualización para reducir el estrés o aliviar el dolor.
El verdadero funcionamiento de la visualización sigue siendo tema de conjeturas y objeto de investigación clínica, pero hace años que se acepta de forma intuitiva su eficacia en determinadas situaciones. Por supuesto, la imaginación no sustituye a la realidad: el paciente de cáncer sigue necesitando su tratamiento médico tanto como el atleta su entrenamiento físico. Sin embargo, muchos psicólogos y especialistas en medicina deportiva creen que, así como la depresión o el desánimo pueden perjudicar la actividad o el proceso de recuperación, una visualización fuertemente positiva puede mejorarlas.
He aquí la representación de varias visualizaciones metafóricas, ejemplos típicos de visualización en distintos ámbitos de la vida (extraídos de casos reales)...
-Con las piernas abiertas y las manos dispuestas elegantemente para el ataque, un practicante de kung fu adopta una postura que recuerda a la de un tigre rampante. Desarrollado en China en el año 300, este arte marcial exige a quienes lo practican que imiten a diversos animales: entre otros el tigre, el mono, el ciervo, el oso y el pájaro. A los que se inician en la práctica del kung fu se les enseña a observar a los animales -tanto a los que están en zoológicos como a los que viven en libertad- y, acto seguido, a visualizarse a sí mismos convertidos en cada animal, pensando como él y luchando según su estilo característico. El tigre inspira movimientos fuertes, precisos y una actitud de acecho furtivo, pegada al suelo. En la postura del mono, en cambio, los practicantes de kung fu dan saltos considerables, mientras que como pájaros se permiten el lujo de dar patadas en pleno vuelo.
-Una mujer consigue controlar su irregular ritmo cardíaco visualizando a una niña que se balancea rítmicamente en un columpio, hacia delante y hacia atrás. En este caso concreto, la visualización puede hacer efecto porque el problema de la mujer está relacionado principalmente con la ansiedad. El aumento del estrés desencadena una reacción de pánico que acelera los latidos del corazón. Aunque este estado no entraña peligro para su vida, es potencialmente peligroso: podría, por ejemplo, sufrir un desvanecimiento y golpearse la cabeza al caer. Para evitar esta situación, cuando se siente angustiada evoca a la niña en el columpio y se concentra en el movimiento rítmico.
-Dado que una patinadora profesional necesita un fuerte aporte de energía antes de salir a la pista de hielo, se visualiza a sí misma absorbiendo una estrella, que estalla en su interior infundiéndole su fuerza desde las puntas de los dedos de las manos hasta las de los pies. Los atletas llevan utilizando la visualización desde hace mucho tiempo, aunque la mayoría de las veces consiste en una detallada recreación mental del hecho -la elevación de un peso, el servicio de una pelota de tenis, el vaivén del bastón de golf- que les ayuda a practicarlo de forma imaginaria antes de la competición real. En el ejemplo que se mostraba, la patinadora utiliza la imagen de la absorción de la estrella para obtener la descarga de adrenalina que necesita para dar el máximo de sí.
-Un conductor de taxi -un veterano de guerra que perdió una pierna en combate- utiliza la visualización para aliviar el dolor de la pierna inexistente. Se imagina a sí mismo en una playa observando el vuelo de una gaviota; a medida que se concentra en el pájaro, se ve convertido en gaviota, se echa a volar y deja atrás su propio cuerpo. Aunque con frecuencia se incurre en el error de considerar que el dolor de un miembro inexistente es algo puramente psicosomático, lo cierto es que se trata de una sensación física, que se debe a que los nervios que una vez estuvieron ligados al miembro perdido continúan transmitiendo señales al cerebro. En el caso del veterano mutilado, la visualización no elimina el dolor, pero le ayuda a disociarse del mismo. (Además de concentrarse en la imagen de la gaviota, otras veces visualizaba su pierna dolorida intacta y se imaginaba a sí mismo tratándola con paños fríos y lociones.)
-Un niño con un tumor cerebral maligno visualiza un video-juego en el que cohetes espaciales recorren el interior de su cabeza y abren fuego contra las células cancerosas. Los pacientes jóvenes aquejados de cáncer usan con frecuencia este tipo de imágenes; otros, que prefieren metáforas menos belicosas, visualizan cómo sus células cancerosas son devoradas o simplemente expulsadas. No existe evidencia cierta de que tales imágenes puedan incrementar las probabilidades de supervivencia de un paciente, pero la investigación en psiconeuroinmunología -un campo de investigación médica relativamente nuevo que explora la relación entre los estados de la mente y el sistema inmune- sugiere que mediante la visualización de imágenes que fomentan la salud se puede incrementar realmente el número de glóbulos blancos en la sangre y otros elementos del cuerpo que combaten la enfermedad.

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